Carnaval de emociones,
fábulas contra la pared.
Desecha bordados en plata,
carrusel de caballos negros.
Despellejando las hebras,
sin malograr sus iones.
Seda persiste tu hechura,
prepara nuevas agujas.
Tiñe con colores purpura,
sustituye a los opacos.
El núcleo se moderniza,
lúcido perfeccionamiento.
Persisten en la rueda,
unos cuantos filamentos.
Indispensables residuos,
para actuales andares.
Carnero tan buen consejero,
el toro paciente te escucha.
Las gemelas son bipolares,
cangrejo caminando de lado.
El león sigue tan valiente,
la virgen continúa orando.
Balanza busca el equilibrio,
escorpión trágate la arena.
Arquero apunta a la diana,
cabra salta entre montes,
La vasija aun está repleta,
los peces juegan inocentes.
El Zodíaco te establece,
revelaciones galácticas.
Mordí mis labios,
pequeño suspiro,
desgarré mi piel,
lágrima de sangre.
Fogata en mi hogar,
de los ritos paganos,
mirra que aromatiza,
esa aorta destrozada.
La tensión del arpa,
desafina el huracán,
arrancando sonetos,
enmudece el cráneo.
Agotador intervalo,
noche de hechicería.
El temor me paraliza,
las palabras ambiguas.
Esperaría en el andén,
toparme con mi ópalo.
Una corriente detenida,
quizás iré a izar las velas.
El orgullo toma mi mano,
no me suelta y solo cedo.
Tal vez un par de minutos,
todo listo y está solucionado.
Suena muy sencillo al escribirlo,
pero en la práctica no es factible.
Debería dejarlo a la suerte,
el giro de una moneda al viento,
si aparece cruz abandono el velero,
si es cara tomo a Nortia en mis brazos.
Lamento ser ácido nocivo,
heridas sobre tu estigma.
Media vuelta sin adiós,
desprecio transitorio.
Son los efectos colaterales,
daño que es irreversible.
Aun te quedas mirando,
tienes restos de mi sal.
No pienso en moverme,
enraicé cerca de un lago.
Invéntame todo el odio,
ama el caer de mis hojas.
Luego vete una vez más,
con un poco de mi savia.
La llevas impregnada,
cianuro en la médula.
Camino con un paso lento,
tonadas hermosas sangrantes.
Sonidos de saxofón erótico,
lleno de actitud lasciva.
Rendido ante esos ojos negros,
repletos del arte oscurantista.
Porque yo cambie la inocencia,
por esta tranquila indecencia.
Serenidad,
¿Cuándo me encontrarás?
Serenidad,
dime que pronto llegarás.
Arrodillado implorando al cielo,
a ver si me escucha alguien arriba.
Ya no he luchado con tus ángeles,
los demonios no me hablan de su fe.
Serenidad,
¿Cuándo me encontrarás?
Serenidad,
dime que pronto llegarás.
No puedo más,
la muerte se ríe,
el destino se mofa,
es la cruda realidad.
Padre he sido un vil pecador,
me confieso hoy ante usted,
a pesar de que Él lo sabe bien,
quiere que hable y me expíe.
He deseado la mujer de mi prójimo,
en reiteradas ocasiones ha pasado,
pero le encanta apreciarlo de cerca,
es el mejor publico de mis aventuras.
Fui gran traicionero de esta alma,
entregue mis utopías por baratijas,
aunque las disfruté vencieron antes,
ya que no son de verdad necesarias.
Entienda que realmente yo no soy así,
mi maldad es solo profana y temporal,
esta reluce en los tiempos de soledad,
cuando mi lozanía sigue en la búsqueda.
Por favor no me pida oraciones eternas,
Dios desea que vuelva a la exploración,
claramente le fascina que este servidor,
sea conquistador de algunas fronteras.
Se que me faltaran vidas para expurgar,
yo le entrego el poder a su intermediario,
decida de manera sabia y precisa,
la forma en que deberé sanarme.
Tierra santa algunos llaman,
mezcla de llantos y lamentos.
Grisáceos arreglos perdidos,
festejos de velorios hundidos.
Urbes fantasmagóricas,
confusiones de inmortales,
almas errantes en pena,
buscan aquella paz sin final.
El molestoso dolor de cabeza,
por los insuperables reclamos,
quieren de vuelta sus cuerpos,
desconocen su putrefacción.
Bajo el cemento del parque,
supuesto descanso eterno.
Yo escucho su necesidad,
pero solo deberé callar,
hacerme indiferente,
ser un oyente más.
Eres chocolate blanco,
un dulce sabor exótico.
Concentración precisa,
entre cacao y vainilla.
Desásete en mi boca,
juguetea con mi lengua,
enriquéceme el paladar,
el empalagoso enganche.
Una pequeña mordida,
el afrodisíaco me activas,
en su centro es inigualable,
relleno de pasiones austeras.
Puedo oír a la pantera,
el sigilo no es su fuerte.
Antigua ópera delata,
intenciones macabras.
Eres princesa persa,
ánfora bella y letal.
Ocultas tras un velo,
tus grandes miedos.
Tan solo una niña,
obligada a matar.
Te creen asesina,
una manipuladora.
Maestría en artes,
silencias con tu risa.
Usas cortinas de humo,
acompañas los escapes.
No existe la sinceridad,
a pesar de tu desnudez,
pesos que te contaminan,
reinarás fría emperadora.
Espectros de traiciones,
acogidas por mentores.
Algunos son los débiles,
ofrecidos por los sumisos.
Medusa de bellas mejillas,
transfórmame solo en hielo.
Petrifica con astucia el alma,
dame pausas en la buhardilla.
La serenidad sobre el horror,
insignificante es su redención.
A pesar de darle oro a Caronte,
no me permite cruzar aquel río.
Haré mi respiración más lenta,
que estos latidos sean abisales,
convertido en corteza milenaria,
presto para cuando deba nacer.
Casualidades belicosas,
vuelven bajos instintos.
Con tan solo una mirada,
te estremeces colapsada.
Simplemente caes aquí,
no tiene explicación lógica.
Tal vez voluntad suicida,
o imán físico que te atrae.
Continua con la resistencia,
quizás logres vencer a Eros.
Si no completas esa misión,
entrégate fácil en su cama.
Bella estatua de los rizos,
tentación de coleccionistas.
Añorada por todo el mundo,
impagable tenerte en cristal.
Solo eres un secreto a voces,
tu existencia es legendaria.
Expertos te dan por perdida,
como un viejo relato del sur.
Es más fácil conseguir marfil,
de los que son de contrabando.
Incluso réplicas han ofrecido,
pero prefiero la buena calidad.
Mantenemos las costumbres,
para unos su hobby es la filatelia,
otros gustan de la numismática,
en cambio yo reúno las palabras.
Los escritos, comentarios,
poemas y pensamientos.
Todas son tus huellas,
muñeca de porcelana.
Molestos dogmas teóricos,
necios bastardos arcaicos.
No aprecian de ese prisma,
los colores que se ofrecen.
Cuando volteas el arcoíris,
contemplas lo maravilloso.
Tornasoles de ultravioleta,
nos asombran iridiscentes.
Fulminando los corazones,
generando la metamorfosis,
pone en marcha el proceso,
avance espiritual fructífero.
Existe un misterio,
reside en el hombre,
su energía natural,
niveles de evolución.
Ensarta los colmillos,
el interior es lo dulce,
la cáscara es la agria,
no impide el devorar.
Valora a los mortales,
alimentan a vástagos,
para continuar en pie,
después del bello ocaso.
Los malditos esclavos,
que reinan la oscuridad,
estamos ligados a ellos,
dependientes de sangre.
Respeta lo que es desayuno,
no sabes si cenarás mañana,
nuestro almuerzo proteínico,
cuida el rebaño tan atesorado.
Voy a esa prueba de vuelo,
miro al majestuoso Pegaso,
sentimos la fibra universal,
das el privilegio de tu lomo.
Atravesando las nubes,
cargadas con frío vital.
Estremeces al mortal,
disfrutando del paseo.
Ventilas mi cerebro,
queda todo en blanco.
Deambulando en el cielo,
falta de oxigeno drogador.
Lejos de todo el orbe,
telepáticamente dices,
el andrógino aún vive,
muy pronto resucitará.
Corta charla sabrosa,
con el animal mítico.
Acaba este mareo,
de vuelta a Atenas.
Dios considera el cuándo,
dónde está mi eterno abril,
el bello calendario romano,
que somete a este taurino.
Los pies clavados al suelo,
solo me limito a reflexionar.
Obsesionado con las fechas,
quiero disfrutar de feriados.
Mensajes de charlas ajenas,
consejos que no son para mí.
Igual los guardo en fotografías,
convirtiéndome en un cuervo.
Alimentándome de la poca res,
sobras que dejaron caníbales.
Violador de propiedad privada,
cuando esta se vuelve pública.
Peregrinando por el desierto,
comiendo escorpiones asados,
hidratándome de esos cactus,
el sol broncea mi piel morena.
Me tope con tres reyes sabios,
montado camellos acorazados.
Detuve mi marcha y descanse,
sosteniéndome de mi bastón.
Se acercaron y me miraron,
solo sus ojos pude distinguir,
eran ancianos antediluvianos,
hermanos de la misma secta.
Cada uno con escudo de su clan,
ninguno portaba el espejo roto.
Bajaron de sus fieles corceles,
amablemente me saludaron.
En sus manos tatuaje discreto,
hermosa luna creciente negra,
vieron en mí un compañero más,
a pesar de no ser de una facción.
Bajo una lengua muerta dijeron:
"Tú eres un real Manus Nigrum,
con algunos matices de Inconnu,
estas entre Sabbat y Camarilla,
eres verdadero independiente.
Sigue bajo esa misma senda,
tu objetividad te hará leyenda,
serás amigo o enemigo perfecto,
contemplarás Yihad y Gehenna.
Te convertirás en el historiador,
revelando el mundo de tinieblas,
Mostrarás al preciado mundo,
la mascarada tan resguardada."
Se despidieron cálidamente,
Brujah, Ventrue y Giovanni,
en un papel unos números,
el veintinueve, veinticinco,
en sánscrito, dos y siete.
Bajo ventolera de arena,
se esfumaron a mi vista.
Me cubrí con turbantes,
continúe hacia el centro,
voy a la Torre de Babel.
Derramo esferas,
arraigados tumores,
extirpo a mi manera,
desfragmento almas.
Acabó la recesión,
vuelvo a sembrar,
nuevas cosechas,
innovo mi empresa.
Es la última noche,
sin licores añejados,
bebo agua cristalina,
oxida todo el metal.
Sacar la aguja de mi ropa,
vestiré atuendos brillantes,
bautizos entre los funerales,
consagraré todos mis ideales.
Quisiera dejar de ser arconte,
abandonar el principado central.
La antigüedad me pasa la cuenta,
ir camino al norte y contemplarte.
Ver un fondo distinto adornándote,
tomando las riendas de tu fortuna.
Sentado en una cafetería parisiense,
disfrutar de tu andar indiferente.
Que tus cabellos me saluden alegres,
pero que no te digan que estoy ahí.
Mi intención no es interrumpir,
las líneas designadas por Dios.
Me conformo con voyerismo,
un masoquista en silencio.
No correré tras tus brazos,
los rumbos debo respetar.
Puedo ser una playa paradisíaca,
vacaciones donde surfeas bondades.
Pero también un volcán en erupción,
lava torturadora de huesos con dolor.
No visites mis santuarios sagrados,
sin antes quitarte los sucios zapatos.
La dignidad de entrar en mi pueblo,
pocos turistas han llegado a obtenerla.
Puedo ofrecerte algunos folletos,
para que observes lo hermoso que es.
Los pasajes son bastante caros,
cotiza si puedes llegar a pagarlos.
El viaje es largo y pedregoso.
¿Aún lo deseas encontrar?
Rodeado de selvas peligrosas.
¿Aún te quieres arriesgar?
Elige bien al agente consejero,
él sabrá qué lugar te convendrá.
Toma tus maletas y medítalo bien,
antes de decidirte deberás pensar.
Visité Delfos hace siglos,
me vaticinó buenos augurios,
amores, felicidad y triunfos,
pero paciencia me pidió.
Detengo mi procesión,
gafas de sol que protegen,
la insanidad de este camino,
me da tanta paz saber, leer.
Es la purificación de los santos,
sigo pagando mis culpas pasadas,
creando dharma en cada respiro,
existencias que por fin se limpian.
A lo menos un pequeño minuto,
me siento en el suelo y fumo,
la música te trae justo a mi lado,
hasta que no hay voz del cantor.
El tridente asoma fuerte,
Poseidón te has enardecido.
Por los tritones te enteraste,
de un mortal que no respeta.
Odiseo es su nombre,
quien viaja desde Ítaca.
Lo afrontarás a terrores,
mientras surque tus mares.
Aunque su fe sea limpia,
nadie puede sublevarse.
Señor del mundo acuático,
has que su osadía le pese.
Si se libera de los tentáculos,
de los cantos de las sirenas,
de los vientos traicioneros,
de las trombas marinas,
déjalo ir, no es su tiempo.
El pronto ya caerá,
ese es un plazo cierto.
Todos los seres humanos,
están bajo aquel regimiento.
Acostada en cama ajena,
veo tus sueños realizados.
Quisiera que me relataras,
tus locas aventuras celestes.
Tu muralla de orgullo sólido,
no deja entrar mi candidez.
Me odias e insultas callando,
tranquilo te ofrezco mi mano.
Al menos un cambio de horario,
hasta en ese detalle coincidimos.
Tenemos síntomas del mismo mal,
dos tierras distintas que transitar.
Sabes bien que fui al balcón,
hilo de plata el cual yo seguí,
sé que lo dejas a propósito,
al perseguirlo te encuentro.
Sin hacer ruidos,
un beso fantasmal.
Tus labios conservan,
ambrosía de la realeza.
