Montaña Fantasmal

El dios del conocimiento se acercó a la cara de la destrucción,

cuidadoso puso su mano en su mejilla derecha, como una caricia.

Miradas fijas, vibraban al unisono, el universo ardía y brillaba.

Calmada respiración, sorteando torbellinos magnéticos él susurró.

¿Acaso existe la posibilidad de que hoy pruebe el dichoso néctar?
¿Son tus labios el portal que debo invocar, ya conoces su ritual?

Perfecto momento en que atravesará el horizonte de los sucesos,
saber si será expulsado por sus fuerzas o si formará parte de ella.

Se fusionarán, creando una divinidad elevada, etérea e infinita;

o exiliado al espacio y confinado a vagar otra vez por el cosmos.

¿Cuáles serán los misterios revelados de los confines del mito?

El fin de una era, comienzo de la muerte, resucitar a la fuente.
Son sus gestos caóticos e inquietantes, una eléctrica percepción,

la diosa se inclinó hacia el conocimiento, dejó un poco el control,

apostó y arriesgó por el ser luminoso, abrazó la montaña fantasmal.

Susurros

Susurros universales al oído,
erizan la piel del viejo monje.
Poniendo barreras protectoras,
delimitando, tratando de contener.

¿Por qué te vuelves tan inevitable?
¿Acaso ese era el sendero de luz?
Ocultó tanto la espada sagrada,
no sabía si volver a intervenir.

Pero el magnetismo fue la clave,
se entregó una vez más a la locura,
sediento de confrontar su energía,
por si sola su mano desenfunda,
llena de resplandores la escena.

El antediluviano mira aguardando,
contemplando previa apocalíptica.
Tormentosos remolinos sigan así,
excitante la manera en que orbitan.

Toma su mano fuerte sin dudar,
sinceridad y honestidad en batalla,
lealtad y compromisos ancestrales,
no hay donde escapar de la verdad,
tampoco hay respuestas aclaradas,
expandir al máximo los sentidos,
perdido en los ojos de los dioses.

Gravedad

Soy adicto a la gravedad,
me dejo fluir en magnetismos.
El juego de acercar y alejar,
los astros ya van a chocar.

La paciencia es mi amante,
noches solitarias pensantes.

El cigarro mezclado,
te busco en sus brasas,
te encuentro y soplo humo,
lo recibes en tu boca,
para luego desaparecer.

La mente procesa información,
el alma transmuta otro universo,
el corazón una leve arritmia.