Al recobrar el conocimiento me hallé dentro de un calabozo, con grilletes en las muñecas que me obligaban a estar sentado en un rincón de aquel macabro lugar... de las sombras una voz apareció.
- Veo que te han tomado prisionero otra vez.
- ¿Quién eres? no logro verte en las sombras.
Aplique mi visión especial, pero solo podía ver una silueta que emanaba mucha paz en su energía.
- ¿Acaso eres otra alucinación?
- No tranquilo, no vengo a perturbarte, pero debo decirte que lo que viste no fue una ilusión, lo que viste fue tan real como tu y yo...
- No has respondido a mi primera pregunta sombra pacifica, ¿Quién eres?
- Solo puedo decirte mi seudónimo... me llaman "Ignis" y estoy aquí para advertirte que pronto será tu triste final.
- Que agradable saber que estos monjes aún no pierden el sentido del humor, bien cuéntanos mas!
- Renard no seas sarcástico, si te vengo a decir esto es porque lamentablemente debe ser así.
- Bueno me pondré a llorar entonces, espera déjame quitarme esto para secarte tu sangre y recomponer mi cuerpo...
- Lamento informarte que esos grilletes son sagrados y ni siquiera yo, con lo poderoso que soy, puedo romperlos, además no soy un monje, algunos me conocen como un regente espiritual y otros dicen que soy uno de los guardianes del universo.
- Heee OK, creo que has estado fumando muchas cosas raras últimamente, quizás dejar las drogas te haría bien.
Intente liberarme, pero me fue inútil. Desafortunadamente él tenia razón sobre los grilletes...
- Bueno y ya que no puedo moverme... cuéntame porque me dices esto, acaso no formas parte de un "Plan divino" o algo por el estilo.
- Si, pero yo no soy parte de este tiempo. Solo vine a decirte que posees algo en tu interior y que la única forma de sacarlo al mundo es mediante tu muerte permanente, pero debe ser en el momento adecuado y por la persona adecuada, esa será la forma en que el mundo podrá salvarse, pero te advierto que todo lo oscuro desaparecerá.
- Entonces me tendrán cautivo hasta que llegue la última noche y los ángeles salven el mundo y todo será muy lindo y brillante, no? Me parece haber leído sobre eso en un libro de ficción editado por los romanos...
- Tranquilo que no es como lo pintas, ellos no saben quién es el elegido, ese conocimiento solo reside en ti.
- Ahora si que no te entiendo, me estas diciendo que tienen que asesinarme para salvar el mundo y si bien, no tengo interés de hoy perder mi no-vida, además me dices que yo se quién es mi asesino, pero cómo se te ocurre decirme tales barbaridades.
- A pesar de que dudes de lo que te digo, ¿No sientes algo que te suene familiar?
- Ehm, si puede ser, posiblemente tu voz... me recuerda...
- Bueno es el momento el cual yo me retiro
- ¿No me vas a confirmar lo que yo estoy pensando? por cierto ¿Como diablos sabes lo que estoy pensando?
- En otra ocasión nos veremos
- Espera... mierda ya desapareció, bueno quizás mi mente me esta jugando malas pasadas, ahora pensar como salir de aquí.
Al otro lado de la puerta un guardia gritó
- Cierra la boca lunático bastardo! Se acerca el mas poderoso de todos los arcángeles...
- ¿Quién? ¿Uriel?
- Imbécil, sabes que estoy hablando de Miguel...
- Bueno si tu lo dices...
La amohosada puerta se abrió lentamente y un haz de luz cubrió todo el calabozo.
- Es hora de que hagas lo que te corresponde vampiro.
- Está bien Miguel, dime que debo hacer.
En ese momento el rostro sonriente de Miguel era lo más tenebroso del universo...
[ Más capítulos en camino ^^ ]
Somático despertar,
en la época errante.
Cálido sus efectos,
generando afectos.
Mínimos detalles,
vislumbran cauces.
Nubes seductoras,
convergen casuales.
Alucinaciones varias,
felicidad al natural.
Los halos demenciales,
aderezan la cotidianidad.
Los engaños de la mente,
juegan con los corazones.
Atraviesa blancas murallas,
mil caminos verdes hallarás.
Sin reproches por tu cruzar,
notarás que te va a gustar.
Sencillez en su construcción,
ornamentado con oro milenario.
Un pie delante del otro,
no existe el cansancio.
Saltando y dando vueltas,
marometas sin descanso.
Dolor y placer de la mano,
besando amores y tristezas.
Todos son hermosos obsequios,
de una misteriosa existencia.
Nunca terminarás de apreciar,
la belleza entera del lugar.
Por qué la demora,
desconecta memorias.
Miedo tosco e insensato,
proclamando sus tierras.
Solamente,
ojos inocentes.
Lentamente,
desatan los frentes.
Desazón irracional,
agrietando el balance.
Retroceso en el espiral,
progreso luminiscente.
Solamente,
ángeles presentes.
Lentamente,
vuelan inconscientes.
El faro que guiaba,
una flota trotamundos.
Ahora mucho más brillará,
gracias a un nuevo fulgor.
Un mundo distinto descubierto.
Permanece en el momento,
estado somático de dicha.
Son las risas que quedan,
entre los verdes y grises.
Atrás instantes funestos,
ocasionados por rutinas.
Quebrantando hábitos,
regido por simplicidad.
Lapsos de la ciudad,
vagos limosneando,
un puente sereno,
sonrisa al viento.
Dame las señales precisas,
entre palabras delirantes.
Deja el humo de mis labios,
que te invitan a mi hogar.
Sanas persianas abiertas,
incitan la bella piromanía.
Fósforos sobre el velador,
bencina blanca alrededor.
Deja el fuego en su labor,
mis dedos ya se queman.
Llamas bailan por tu voz,
lento incineras mi cuerpo.
No existen más tejados,
ni los lamentos nocturnos.
Acoge la muerte venidera,
la vida empieza con el fin.
Inventaste formas destructivas,
cuanta venganza cubre las torres.
Un mundo ido se arrojó a tus pies,
pero ya no gozabas de su dolor.
Recogiste unos cuantos harapos,
cubriste la vergüenza de antaño.
A pies descalzos sobre las rocas,
quemaron y cortaron tu carne.
Fijaron hermosos horizontes,
las acciones lo resucitaron.
Prepara las novedosas cepas,
ahora ve por otro comienzo.
Cortocircuito accidental,
maquina sádica con falla.
Torturas que se atrasan,
culpando a los conectores.
No pude aislar la estática,
a causa de gran resistencia.
Tantos años estuvo activa,
ahora se detiene sin solución.
Mantenimiento al día,
cómo fue que sucedió.
A prueba de agua,
A prueba de sangre.
Un chispazo en un minuto,
desvaneciendo su trabajo.
Entró su mar en un segundo,
destruyendo el viejo artefacto.
Él abandonado en soledad,
recorriendo calles enfermas,
pudo encontrar a la suerte,
dándole las luces oscuras.
Acompañado de sadismos,
desgarrando ramas secas,
fastidiando a la muerte,
es tan solo un demente.
Pero aquí es infierno y cielo,
caminando por tierra infértil.
Descubrir los mapas inciertos,
claridad en mente impaciente.
Esos sacrificios profanos,
entre rituales cristianos.
Llamado a los hombres,
busquen la realidad.
Siente en tus venas,
sangre trastornada.
Ya no hay peligros,
es el dulce final.
Me llevaron al Edén,
frente al purgatorio,
al lado de los infiernos,
entre constelaciones.
Bebiendo dulce Sangría,
pares de ojos deleitados,
la mira telescópica falla,
por muchas dianas de tiro.
No había nadie caótico,
eso fue lo que me nublo,
acostumbrado a lo oscuro,
la vista se volvió borrosa.
De vuelta a la realidad,
nada es ni será eterno,
es la simple cruda verdad,
mortales regresan a su tierra.
Sonidos de liberación,
las razones escondidas.
Pervertido el déjà vu,
corazonada enjaulada.
Envejeciendo distancias,
son pieles malogradas.
Aún conservas suspiros,
dedicado a nuestra llama.
Relojes pierden forma,
alarmas que se apagan.
Aunque evites esa sed,
te buscará en tu cama.
Mi almohada me habla,
contándome tus sueños,
es sonriente mi descanso,
al amanecer en la mañana.
