viernes, septiembre 03, 2010

Torre de Babel


Peregrinando por el desierto,
comiendo escorpiones asados,
hidratándome de esos cactus,
el sol broncea mi piel morena.

Me tope con tres reyes sabios,
montado camellos acorazados.
Detuve mi marcha y descanse,
sosteniéndome de mi bastón.

Se acercaron y me miraron,
solo sus ojos pude distinguir,
eran ancianos antediluvianos,
hermanos de la misma secta.

Cada uno con escudo de su clan,
ninguno portaba el espejo roto.
Bajaron de sus fieles corceles,
amablemente me saludaron.

En sus manos tatuaje discreto,
hermosa luna creciente negra,
vieron en mí un compañero más,
a pesar de no ser de una facción.

Bajo una lengua muerta dijeron:

"Tú eres un real Manus Nigrum,
con algunos matices de Inconnu,
estas entre Sabbat y Camarilla,
eres verdadero independiente.

Sigue bajo esa misma senda,
tu objetividad te hará leyenda,
serás amigo o enemigo perfecto,
contemplarás Yihad y Gehenna.

Te convertirás en el historiador,
revelando el mundo de tinieblas,
Mostrarás al preciado mundo,
la mascarada tan resguardada."

Se despidieron cálidamente,
Brujah, Ventrue y Giovanni,
en un papel unos números,
el veintinueve, veinticinco,
en sánscrito, dos y siete.

Bajo ventolera de arena,
se esfumaron a mi vista.
Me cubrí con turbantes,
continúe hacia el centro,

voy a la Torre de Babel.

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