Manos heladas,
páramos urbanos.
Color inventado,
roces desatados.
Borrosa visión,
cerca y lejos.
Enojo pasajero,
asomas alegría.
A gusto cercada,
enredada colapsada.
Piensas la salida,
atrás quedó la prisa.
Un porque si,
un porque no.
Buena explicación,
especial solución.
Trajiste los mensajes,
guíame al interpretar.
Caigo por la inocencia,
son postales sinceras.
Adepto a los delirios,
inherentes a su alma.
Ligado por mi azar,
inútil será escapar.
Chronos ayúdame,
detente por un rato,
dame toda licencia,
romper aquel tic-tac.
Liberarla en mis manos,
que abra sus alas de colores,
nunca mas borrar el recuerdo,
ver volar una mariposa en un beso.
No importa donde va el camino,
tengo certeza que es mi destino.
Difuminando todos los pasados,
ahorcando esos fuegos fatuos.
Ganando más que la apuesta,
tan solo mis simples vivencias,
dejando tanta huella hermosa,
en la entidad belicosa antigua.
Los castillos están abandonados,
todos han cruzado el inmenso mar.
Únicamente ir y poder presenciar,
tu florecer en los árboles de cerezos.
Permite que escriba,
en tu piel una historia.
Cargada de fantasías,
con mágica tinta azul.
Sin tener que tocar,
esa pluma tan orate.
Imbuida en pasiones,
de extraños tesones.
Bajo manto de astros,
cubriéndome en caos.
Somnoliento esperar,
de sus labios austeros.
Cristales enmarcan,
las fortuitas palabras.
Emanando dulzuras,
en paredes saladas.
La impaciencia acecha,
entre las hojas muertas.
Se quiebran los otoños,
como espejos maltrechos.
Quizás dudas arranquen,
junto unos furtivos roces,
un beso de tranquilizante,
carcomer las interrogantes.
Son los paseos lunares,
callejeras mis aficiones.
Los andares del ángel,
con un demonio jubilado.
Renard Blanc al saber quién lo tenía cautivo, que era uno de los arcángeles más poderosos decidió sólo acatar las órdenes que éste le daba.
- Ya estás más tranquilo vampiro. Decía Miguel con un tono desafiante, pero acogedor.
- Así es divino, no me queda otra opción, pero antes quiero entender el porqué de mi llamada.
- Es muy sencillo, antes de nacer, tú elegiste quién ibas a ser en este mundo, no lo pensaste dos veces, decidiste cuál sería el camino, uno de los mas pedregosos que cualquier simple mortal hubiera deseado, es tu condena sagrada.
Luego de esto el arcángel desapareció de ese salón, que más bien parecía un calabozo. Aparecieron nuevamente los monjes que me habían criado.
- Malkavian es tu deber detener la destrucción total, eres el único de tu especie capaz de soportar el final de los tiempos. Debes derrotar a Mammoth, uno de los generales omnipotentes de la legión maldita, destruyéndolo conseguirás que todo esto acabe, debe ser antes del eclipse que tendrá lugar en 7 días. Si no consigues acabarlo todo estará muerto para el reinado mortal y los demonios gobernarán este plano.
- Lo he comprendido, pero tengo una duda.
- Podemos contestar ciertas cosas, pero no esperes respuestas en todas.
- Okey, entiendo perfectamente que no pueden revelarme todo, pero debo saber algo importante.
- Continua, todos te daremos nuestra atención.
- Tengo claro que esta lucha será la trascendental, y es muy probable que por primera vez en mi no vida sea esta una real misión suicida, díganme… de está no volveré, cierto?
- La respuesta tú ya la sabes, es el final para los Vampiros, Licanos y Herejes… que más deseas saber.
- Si los vampiros son la esperanza que tiene este mundo, cómo es que debo morir, seré acaso una especie de sacrificio?
- Tal vez, solo podemos decirte que, según profecías divinas, no es el general quién debe matarte, será uno de tus hermanos el que acabará con tu existencia.
- Lo conozco acaso?
- Esa respuesta no podemos brindártela, lo lamentamos.
- Bueno era de esperarse viniendo de ustedes, ahora dónde debo dirigirme.
- Primero debes ir al principado de Santiago, anunciarte y allá encontrarás un ghoul el cuál te proveerá de armas especiales.
- Y no me sirve mi maza sagrada, “La ira de Dios”, ni mis ninjatos benditos o quizás mis Desert Eagle modificadas?
- Para nada, en esta ocasión usarás algo mucho mejor.
- Bueeeno si ustedes lo creen así, cuando parto?
- La próxima noche, hoy ya está por amanecer debes descansar para enfrentarte a la legión más sanguinaria que tiene Luzbel.
En un bar de mala muerte, en el barrio bellavista en Chile, se encontraba una chiquilla conversando con una bruja.
- Estás segura de esto Amelie?
- Claro que si, ese vampiro debe pagar un precio muy alto por todos sus crímenes contra la camarilla.
- Te das cuenta que payaso no lucha solo, siempre está acompañado de muchos seres, incluyendo Licanos, Magos y Brujos poderosos.
- Lo tengo en mente, pero él me enseño muchos artilugios y se como evadir esa gran muralla para llegar frente a sus ojos y clavarle la estaca de Rodas, que forjada con partes del Coloso griego, hará de uno de sus parpadeos el más angustioso de su existir.
- No será que esto lo haces por simple venganza, verdad?
- No Francoise, esto lo hago porque me lo ha pedido el mismísimo príncipe de Chile y no puedo desobedecer una orden directa de él.
- Bueno, solo te digo que si vas por su cabeza debes tener mucho cuidado, él es bueno detectando las intenciones de otros seres vivos y un excelente guerrero, así que te recomiendo ir sin pensar en nada, sólo debes aniquilarlo rápido, sin compasión.
- Así será amiga mía, así será
El bufón no sabía con quién se encontraría en la próxima noche, ni tampoco lo quería averiguar, es por esto que todo se encontraba dentro del plan (destino), regalado por el altísimo para salvar este universo.
Rezo a todos y a uno,
no tengo bando alguno.
El equilibrio debe parecer,
indecisión si lo lees en papel.
Perecieron las castas guerreras,
que bajo escudos se identificaban.
Luchando por una misma finalidad,
entendieron que la causa es igual.
La objetividad ya va de la mano,
llaves para traer al guardián.
Bajo los glaciares volverá,
la puerta que se abrirá.
