Tienes un ala herida en batalla,
pero sigues camino firme y recto.
Poderoso lobo que proyectas,
cruzando las miradas directas.
¿Acaso no temes a tu muerte?
Preguntó al guerrero caído,
"tu presencia es mi muerte,
valquiria aún quedan vidas,
otras guerras que debo luchar,
termina tu trabajo sin demoras."
respondió mientras se desangraba.
Ella tiernamente besó su mejilla,
el moribundo miró hacia sus ojos,
susurra que si volverán a encontrarse,
resplandeciente sonrisa del ángel,
abrió las puertas del Valhalla.
No querían retirarse de ahí,
hermosa la escena dantesca,
pero no era el tiempo adecuado,
hay otras vivencias de la fuente,
en el río de corriente calmada.
Vuelves a abandonar el puerto,
¿Será acaso te volviste bucanera?
Viendo a través del gran catalejo,
como pasan los veleros a lo lejos.
Otra vez navegando el mar incierto,
dejando al viejo sauce a su suerte,
encantado de esperar por el regreso,
no evites sus raíces, te pertenecen.
Acaso será miedo a lo mágico,
huir de la sensación inexplicable.
Quita los temores bella capitana,
arranca las velas y detén el ciclón,
¿Por cuánto tiempo lo aguantarás?
El sauce se mueve con la brisa,
una rutina de mirar al puerto,
aguarda el brillo del catalejo.
Adoro a los viajeros del tiempo,
su afán de aparecer y desaparecer,
dañando las fracturas temporales,
estas son actuales e innecesarias.
Siempre estaré ahí como guardián,
por mi antigua promesa a Dios:
"Que mi recuerdo te alcanzará y
solo si estabas mal sería presente,
solo si estabas bien sería pasado,
pero si esta vida te ha regalado,
donado el real amor verdadero,
sería solo un gran futuro incierto".
Luego la sangre cayó a la tierra,
sellando aquel pacto espiritual.
Mejor continuar en el camino,
forjando la espada necesaria.
Arma fundamental de guerra,
otorgará la conexión universal.
Un paseo bajo brisa de tarde fría,
ese tabaco enrarecido resplandecía.
El tiempo se vuelve lento, atrasado,
pareciera ver caminar en otro estado,
desean converger en olas infinitas.
¿Cuánto más debemos esperar Diosa?
Imposible negar toda esa impaciencia.
Maleficio pagano ancestral infiel,
entre la gravedad de tus cabellos,
perdido en sus múltiples espirales,
magnetismo instantáneo a los ojos,
la sombra deslumbrante ante el sol.
¿Qué debemos hacer para tropezar?
Son tantas señales de pura evidencia.
Viejo guerrero meditando te alcanza,
en la oscuridad conversan sus vidas,
innumerables épocas han traspasado.
¿Dónde será el lugar apropiado esta vez?
En paseos bajo brisa de tarde fría.
Comienza la cuenta regresiva,
continuar o ir corriente arriba,
quebrar ese espacio temporal,
son millones de vidas posibles.
Activa la mecánica del gatillo,
desata vendavales y terremotos,
polos en constantes atracciones,
eran parte de la pieza primigenia.
Son los mensajes encriptados,
que el humo de tabaco descifra.
Mirar al espacio, ver respuestas,
preciso perfecto, labios lejanos.
Fluye por los remolinos de mar,
te debes dejar llevar por su bailar.
Atajos que nos entregan los dioses,
regalos por saber su inmensidad.
Paciencia no te hagas la esquiva,
virtud querida invoco tu presencia.
Muy similar al saltar las páginas,
ansiedad oscura por saber el final.
A veces parece no tener inicio o fin,
solo sucede en cualquier momento,
te asalta de sorpresa o era deducible,
fue un decreto puritano bienaventurado.
Tonada lenta y sensual de un tango,
transporta a lugares oníricos sin tiempo,
imaginarás la situación de color ficticio,
una de esas conversaciones que jamás nació.
Meditaciones nauseabundas nocturnas,
la misión de lograr el balance ancestral.
No puedes huir de los dones heredados,
sellos del alma son la firma del creador.
Dime cómo cruzar a tus sueños,
navegar en tu actual existencia.
Presencia de entes inciertos,
momentos de plena demencia.
Nunca se hace tarde para bailar,
toda circunstancia se puede festejar.
Rompe la brecha de la indiferencia,
arriesga todo en una sola movida.
Se ha vuelto sencillo detectar mentiras,
los años que entorpecen los subterfugios.
Aquella dulce profundidad con espinas,
adicto al anochecer entre caleidoscopios.
Atraviesas portales y te vuelves presente,
pero te mantienes ausente tan solo inerte.
Dejaste tantas trampas en tus caminos,
que no descifro tus mensajes cautivos.
Acaso el humo purificador no basta,
hacía qué dirección debe ir la balsa,
detén esas marejadas y dame calma,
Poseidón ríe disfrutando la matanza.
Seria dichoso si me encuentro con la rosa,
drogarme con el solo hecho de verla lejana.
No interrumpir de ninguna manera su crecer,
tan solo oír como la felicidad te ha acogido,
con ese manto que ha pocos seres lo ha llevado.
Yo he olvidado los pasajes de historias viejas,
me encuentro espectador al cambio universal.
Soy astronauta perdido entre las dimensiones
por las misiones interiores entes espirituales.
Eso es lo entretenido de la mínima existencia,
somos tan ínfimos en la realidad objetiva,
que no vale la pena intervención absurda,
se acabo el agua en desierto de la decadencia.
Solo son unas caricias y unos abrazos al pasado,
de noches muy sedientas de viajes en el tiempo,
son solos sueños de momentos de tanto relajo,
exceso de cafeína y el extraño tabaco importado,
que solo buscaban terminar con mi tonto trabajo.
Escuchar viejas melodías funestas,
entregar unas cuantas horas inciertas.
Nadar en miles de palabras sinceras,
terminar tan ahogando en cegueras.
Mucho tiempo han recorrido sus almas
¿Aún conservarán aquella vieja trama?
Cuando lo piensas con objetiva razón:
Protagonista, antagonista y relator.
Actué como guardián sin honor,
destripe ángeles y torturé demonios.
Creía hacer justicia con tanto horror,
termine convertido en un gran Dios.
Abandonando valores y dogmas,
abrazando ese fondo sin aromas.
En aquel lugar quisiera renacer,
enmendar los daños en sus ojos.
Son tantas señales y no existe droga lúcida,
que permita brotar gran redención esquiva.
Esos trozos de la luz eterna entre cuerdas,
que desearía entrelazar en perfectas vibras,
son solo vagabundos en busca de estrellas.
