viernes, diciembre 06, 2019

Mar Desierto

Intenté cambiar de pieles,
pero no había nada ahí,
cuando finalmente me desnudé,
cayó la cruz invisible.

Salté al mar desierto,
caminé sin encontrar el oasis,
entregado a la muerte,
cuervos comieron de mi carne.

El rayo de una tormenta,
atraviesa mi alma con sal,
tocó mi corazón con sus manos,
el antediluviano ha resucitado.

Espero que la honestidad,
siga respetando sin dañar.
Que sigan las caricias paganas,
evocando a los amantes cósmicos.

Contemplaré el bello jardín,
ver como crece el loto negro,
mientras despiertan sus pétalos,
aguardando cambio en las miradas.

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