lunes, octubre 25, 2010

Sanguijuela


Ese viento sofocado,
irrumpe en la ventana.
Desequilibra mi reposo,
cortando la meditación.

Ojos teñidos de rojo,
sanguijuela famélica.
Posada en mi muñeca,
parasitando mi plasma.

Compasivo la observo,
permito su alimento.
¿Has saciado tu sed?
Te duermes saturada.

En mi palma adormecida,
rebosaba tu prosperidad.
Apreté mi mano sólidamente,
un cuerpo licuado en mis dedos.

Uniformidad en diversas sangres,
la suya y la mía asquerosas caían.
Noté lo insignificante que somos todos
,
esperando mi turno para ser aplastado.


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