
El Mago, la Bardo y el Guerrero estaban sorprendidos. El evocador se acerco a los paladines.
- Pero que mierda hacen disfrazados de esa manera! No me dirán que realmente...
- Asi es Van. Desde que se disolvieron los Legionarios estuvimos perdidos con Pólux, sin saber que hacer de nuestras vidas y el gran Tyr nos llamo a los dos para servirle. Decía Castor.
- Que?! En fin... me imagino entonces que volverán a unirse a los Legionarios para solucionar este lio, no?
- Asi es amigo hemos vuelto, pero solo para solucionar el horror que estamos atravesando. Dijo Pólux.
- Ahora sí que el grupito se empieza a armar, no crees?. El enano decía.
- Por mí no hay problema. La cantora afirmo.
- Bien, todo este enredo ya se ha solucionado, entonces podremos continuar. El rey comenzó la marcha y empezó a contarles que es lo que había pasado en la ciudad.
- Sobre el enemigo que nos ataca no sabemos nada, al principio pensamos que era una simple peste, que convertía a la gente en demonios, pero nuestros informantes dicen que hay alguien detrás de todo esto. Relataba Ethling.
- Crees que tenga que ver con algún luskanita? Van interrumpía.
- Lo dudo, pero esa también es una posibilidad. Si fuera asi sería extraño, ya que Luskan también padece este mal.
- O sea que Nyovern no es la única ciudad infectada? preguntaba Rainna.
- No preciosa, toda la región ha caído bajo esta enfermedad. Dijo el paladín más viejo.
- Uy, entre vosotros dos todavía queda una llamita de amor, verdad? El guerrero se mofaba.
- Dorgar, quieres cerrar tu bocota antes de que corte esa cabeza tuya, tan inservible, que solo piensa cochinadas.
- Bueno, yo solo decía, no es para que te pongas de esa forma.
- Cual es tu afán por recordarme con quien tuve amoríos? Acaso yo te recuerdo la semiorco que te bancaste?
Todos se morían de la risa, mientras el enano humillado solo callaba y seguía caminando. Continuaron el viaje hasta encontrar una salida, que los condujo al corazón del bosque de Nyovern.
- Bien hemos llegado. Dijo el rey.
- Pero qué maravilla! Estaba todo preparado para pasar la noche acá! Grito Dorgar.
- Asi es, yo mande a mis mejores hombres para preparar todo, siempre supe que tarde o temprano la ciudad estaría invadida por los demonios y tenía un plan de emergencia.
- Es por eso que estabas extrañamente tranquilo al huir, verdad? El mago comentaba.
- Siempre tan observador y analítico evocador.
- Bueno por algo me pagas, no?
- Siempre hablando de dinero Van!? Le reclamaba la bardo a su amigo.
- Yo no vivo de ayudar a las personas y lo sabes muy bien.
- Tranquilo mago, yo sé muy bien como recompensarte, además esta vez tú serás quien guie los legionarios. Ethling comentaba.
- Que?! Espera un segundo, que paso con Anelyth?! El mago preguntaba casi desesperado.
- Bah, pensé que siempre habías querido ser el líder, además tus aptitudes como tal siempre relucieron en los tiempos cuando...
- Te pregunte algo Ethling, no te vayas por las ramas que juro que te hago incinerarte en este instante...
- Tranquilízate, esa actitud tan explosiva puede causarte la pérdida del liderazgo. Pues bien, realmente quieres saber?
- Rey, no estamos aquí para sandeces, dinos que ha pasado con nuestra antigua capitana. Dorgar apoyaba la pregunta de Van.
- Esta bien os lo diré. Tratamos de localizarla de muchas formas y ninguna fue efectiva, nos contaron que dejo de ser una Guerrera y que ahora es una Paladín Oscuro que va errando por el mundo solo sirviéndole al Dios de la Guerra.
- Esa es una vil mentira, es imposible, yo la conozco bien se que no sería capaz...
- Tranquilo mago, solo te digo lo que se, nada más.
- Pero mi señor, entonces ahora quien nos liderará será este grandísimo idiota? Dijo Castor amablemente.
- Asi es, pero no se preocupen ya hablaremos de eso, ahora debemos descansar, mañana llegara nuestro transporte que nos llevara al Salón de Mithril.
Y todos pernoctaron en el pequeño fuerte, creado por los hombres del rey. Van fue el primero en turnarse para hacer guardia. Estaba sentado a los pies de un árbol, fumando su pipa, cuando de pronto escucho un ruido no muy lejos y decidió ver de dónde provenía.
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