lunes, noviembre 03, 2008

Guardian


Desquiciada tortura,
condena sabor a miel.
Juegos electricos,
recorriendo mi piel.

Palabras sin sentido,
entrelazadas por un rio.
Callejones sin rumbo,
no hay principio, ni final.

Jardin oculto en la ciudad,
esperando aquel mañana.
Siempre mirando del balcon,
como guardian de emociones.

Si tan solo un instante,
un pequeño segundo,
tuviera la ambrosia,
beberla lentamente.

Y moriria tranquilo,
viviria completo.



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