Las sombras me acogen,
su manto me empapa de vida.
El destino con eternos desvarios,
delata mi extraña naturaleza.
En mi mente reside una ciudad,
llena de locos danzantes,
dementes bailarines disfrutando.
Odio, amor, placer, angustia,
seres sadicos y masoquistas.
Las versiones de vidas pasadas,
naturalezas ocultas, algunas vistas.
La noche no tiene un fin,
y mis manos cansadas,
el centro de mi palma se quema.
El interior de mi ser es infinito,
sus ricones cada vez mas lugubres,
cada vez mas desquiciados, se asoman.
Que sucede, que ocurre,
todas mis vidas preguntan,
La camisa de fuerza no es suficiente,
pero tal vez detiene algo de terror.
Mis preocupaciones aumentan,
tan solo quiero reparar ese daño,
o dejar de generarlo sin quererlo.
Abrir mis ojos,
tener una noche en paz.
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