domingo, julio 29, 2007

Vino Amargo


Mi sinceridad ardio como una espina,
sus pequeños ojos se quebraban.
Un vino oscuro de sabor amargo,
con gusto a sufrimiento en la mesa.

Se extinguia la noche,
tacones se alejaban.
El aire dejaba de lado,
su densidad, frialdad.

Al nuevo anochecer,
de rodillas frente al altar,
pidiendo por mis pecados,
orando por todo el daño,
un respiro de alivio,
es lo correcto.

Al salir de aquel lugar,
renovada mi alma esta.
Fuerza para seguir,
la nueva etapa se acerca.



No hay comentarios.: