Amo las tormentas estremecedoras,
aquellas que hacen temblar el mundo.
Son las que me abrazan cálidamente,
me besan en el cuello para relajarme.
Bajo su lluvia bebo vinos y cervezas,
observando el marchar de los elefantes,
para unos van lento y para otros rápido,
solo el testigo determinará los culpables.
Me gusta que se encienda toda tu mente,
es similar al ver nacer la duda en la gente,
cuando una información desconocida llega,
lo que sabia ahora lo mira desde otra esquina.
El caos me baila, canta y seduce en las noches,
aun conservo las manos sucias con polvo y sangre,
son las bendiciones y maldiciones de vidas épicas,
que invitan a soñar despierto saboreando el existir.
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