Vivo mi sueño navegando almas,
internándome en las Marianas,
profundidad oscura siniestra.
Quizás por eso debo perderme,
vagar tomándome de la mano,
dejando señales para volver.
Dar las ofrendas a mis deidades,
entregar los eternos designios divinos,
encarnar al idóneo mensajero de los dioses.
Imposible abandonar despertares,
ella me besa apasionada la mente,
el cuerpo vibra y el corazón muere.
Hay que continuar afinando el ojo,
obtener más gafas para los viajes,
filtro de luz adecuado para su caos.
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