sus vendados ojos son tan seductores,
jamás usa su visión para contemplar,
ella pone en una balanza tú corazón.
Amada mía cuánto te han usurpado,
animales racionales usan su nombre,
tanto descaro si solo ven con los ojos,
no miden con precisión armónica la vida.
Preparando en la oscuridad tus herramientas,
espada sagrada que corte sistemas obsoletos,
armadura a medida para resistir la batalla,
escudo lunar que refleje la llama de la verdad.
Cantando con éxtasis cada pequeña creación,
que me acerca a ti a pesar de ser un ermitaño.
Algún día los humanos entenderán el goce de vivir,
el encuentro en la eficiente, bella y simple naturaleza.
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