conocer y saborear los cambios.
De a poco los cuerpos ceden,
se estiran para alcanzarse.
No hay prisas en descubrimientos,
las puertas jamás se deben forzar.
Es necesario hablar con su código,
que el portal se abra por voluntad.
Somos los antiguos inmortales,
vivimos embriagados con ambrosía.
Besamos lentamente nuestros limites,
acariciamos profundamente el espíritu.
En cada milímetro modificado,
las entregas se vuelven sutiles,
ya están dispuestos al experimento,
riendo como niños en un patio de juegos.
Quédate en los alrededores,
si me das tu mano caminemos.
Desafía los albores del tiempo,
libera lenguas llameantes lascivas.
Las serpientes siempre luchan,
no buscan dañarse o conquistarse,
están creando las ilusiones cósmicas,
viviendo realidades en todo lo improbable.
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